Lo primero que debemos preguntarnos es: ¿a qué nivel? Estaríamos cometiendo un gran error al pensar que la dificultad para jugar distintas posiciones en cierto nivel de competencia/exigencia es la misma que en otro nivel. Por ejemplo, al comparar el futbol americano que se juega en categorías infantiles con el de la NFL. Es aquí donde empieza el debate sobre la posición más difícil en futbol americano.
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Otro error común es categorizar todos los niveles en cuanto a edad sin diferenciar los sistemas deportivos de países o ciudades específicos, el desarrollo físico de los jugadores o qué tan competitivas son las ligas en las que se desempeñan los atletas. Por esta razón, dejaremos estas categorías predefinidas a un lado y nos enfocaremos en una percepción mucho más subjetiva de los niveles de competencia. Se hará una distinción entre tres niveles no recreativos y dependientes del país en el que se consideren: inferiores, intermedios y profesionales. Por último, omitiremos las conclusiones que se pueden sacar al revisar los salarios por posición en la NFL.
Entenderemos por inferiores las competencias en las que participan niños que apenas están terminando su crecimiento. En estos partidos normalmente la competencia se basa en menos habilidad y más en las cualidades físicas extraordinarias de algunos de los jugadores.
Darcy Cheek/Brockville Recorder and Times/Postmedia Network
En estos casos, normalmente la mayor responsabilidad de los resultados del equipo recae en los entrenadores. Ellos se encargan de pulir los talentos de sus jugadores, y transmiten el conocimiento esencial que otorga la ventaja sobre equipos menos preparados técnica y tácticamente. El criterio e improvisación de los jugadores no representan un papel tan importante como en otros niveles, ya que se suelen apegar más al plan de juego. Además, no todos los niños o adolescentes llegan a un equipo con conocimientos y experiencia previos, por lo que los entrenadores cargan con la tarea de aportar esos factores, los cuales serán las bases formativas de cada uno de los jugadores. Por estas razones, considero a la posición de entrenador como la más difícil en este nivel de competencia.
En esta clase de partidos, que pueden ir desde competencias de bachillerato de alto rendimiento hasta encuentros del más alto nivel universitario, la habilidad mental y física individual de todas las posiciones empieza a pesar más en el campo. En esta etapa del crecimiento de los jugadores, el QB debe soportar la mayor responsabilidad. Sin embargo, no es la posición más difícil de jugar. Todo el equipo está completamente desarrollado físicamente y han aprendido las técnicas correctas del juego, así como ciertos trucos o “mañas” que permiten diferenciar entre jugadores experimentados y el resto. En este caso, los Cornerbacks o esquineros son los que tienen el papel más difícil, teniendo que defender a los jugadores más rápidos del otro equipo, los receptores. Deben seguirlos de cerca reaccionando a sus movimientos sin saber la ruta, sin tocarlos y jugando de espaldas.
Pero además, es muy común que se les penalice por hacer contacto con los receptores después de las 5 primeras yardas y antes de disputar el balón, mientras que normalmente se permite más contacto por parte de los receptores, algo que siempre me ha parecido injusto. Otra regla que tienen en contra es la relacionada a golpear a un receptor indefenso, la cual evita que esquineros golpeen directamente el cuerpo de un receptor que está de espaldas o que saltó por el balón. Por si fuera poco, deben tener capacidades físicas suficientes para todo tipo de tareas. Por ejemplo, la principal que es cubrir a receptores, a veces cubrir ala cerradas mucho más altos que ellos, y enfrentar a jugadores de casi el doble de peso como linieros en jugadas de engaño. Aquí te dejo un ejemplo perfecto, dirige tu atención a los linieros de Raiders.
En efecto, como muchos habrán anticipado, creo que la posición más difícil de jugar en el futbol americano profesional es la de Quarterback. Si eres fan del deporte, no hay mucho más qué decir. Sin embargo, explicaré algunos argumentos para justificar la decisión. Comencemos por el rendimiento que se espera de un mariscal de campo. El hecho de saber leer jugadas y anticipar a la defensiva conlleva un enorme trabajo de fondo. Implica conocer tu plan de juego a la perfección incluyendo rutas y la distribución de tiempo específica para cada movimiento, así como el plan de juego de la defensiva contraria para identificar sus formaciones y las acciones que involucran.
Clay Matthews: It's that wheel route, it's that wheel routeCam Newton: You been watching film, huh?Matthews: YeahCam: That's cool. Watch thisCam: Slant to McCaffrey TDI can't stop watching this.pic.twitter.com/PZcfiayC7T— NFL Update (@MySportsUpdate) December 18, 2017
A diferencia de todas las demás posiciones, un QB está involucrado en absolutamente todas las jugadas ofensivas ya que el balón siempre pasa por sus manos, excepto en ofensivas wildcat (el balón se le entrega directamente a otro jugador en la posición del QB), o situaciones de equipos especiales como goles de campo. Mientras que un receptor puede encargarse de bloquear en una jugada de corrida por el centro (básicamente solo obstaculizar un poco al esquinero), el QB no solo actúa entregando el balón al corredor, sino que es responsable de reconocer si esa es la mejor opción para el equipo. Es cierto que los QBs han gozado de muchas reglas a su favor para proteger su integridad durante golpes en el campo de juego, pero todas estas modificaciones han sido bien sustentadas. El QB es el único jugador que, mientras el balón está en juego, debe mantener una postura casi completamente erguida para ver a sus receptores lo más claramente posible sobre los jugadores de línea, lo que incrementa su vulnerabilidad al recibir impactos.
via The New York Times
Además, su atención está dividida entre sus receptores que están por desmarcarse, y un grupo de jugadores mucho más pesados y fuertes que vienen por él y nadie más. Todo esto, mientras tienen la presión de las expectativas de sus compañeros, entrenador, aficionados, directivos del equipo, y prensa nacional y/o internacional. Sin duda alguna, la posición más difícil de jugar en el futbol americano profesional.