Usain Bolt celebrando después de romper el récord en 200 metros en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 (via Stu Forster/Getty Images)
Usain Bolt no es solamente el velocista invicto en finales de Juegos Olímpicos con récords por todos lados, sino también todas las circunstancias que lo llevaron ahí. ¿Qué habría pasado si uno de esos factores hubiera influenciado a Bolt para tomar caminos distintos a los que recorrió?
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La inmensa mayoría de gente termina de vivir sin encontrar una actividad de la que pueda decir: “nací para esto”. Muchos otros se tardan tanto en encontrarla que probablemente fue demasiado tarde. Bolt la encontró a los 12 años, gracias a su primer coach, quien también era sacerdote en la William Knibb Memorial High School. Antes de tener a Bolt como pupilo, lo retó a ganarle en una carrera al niño más rápido de la escuela. ¿Cuál sería la motivación de Usain para ganar además de consagrarse como el nuevo campeón entre sus amigos? Un premio que consistía en un increíble “box lunch” con arroz, chícharos y pollo frito, suficiente para el joven Bolt. A partir de entonces, su coach, y muchas otras personas cercanas a él se dieron cuenta de su potencial. Antes de correr, su pasión era el cricket, y hoy en día se da el tiempo de jugar con sus amigos.
Pero incluso su entrenador de cricket en la primaria vio su velocidad en el campo y le sugirió perseguir una carrera 🙂 en atletismo. En fin, todos sus conocidos sirvieron como embudo para dirigirlo hacia lo que se convirtió en su vida entera.
Usain nació en el pueblo de Sherwood Content y creció con sus padres, Wellesley y Jennifer Bolt, quienes atendían su propia tienda de abarrotes. Para empezar, no hubiera sido lo mismo sin el famoso apellido que le cayó como anillo al dedo, pero ese es otro tema. Desde el comienzo, sus padres le dieron todo el apoyo que cualquier niño puede desear al perseguir su sueño: flexibilidad, motivación, mente abierta y disciplina.

Letrero de bienvenida a Sherwood Content: “Hogar del hombre más rápido del mundo” (via HT Photo)

Wellesley y Jennifer Bolt en su casa (via I am Bolt)

Letrero de bienvenida a Sherwood Content: “Hogar del hombre más rápido del mundo” (via HT Photo)

Wellesley y Jennifer Bolt en su casa (via I am Bolt)
Wellesley y Jennifer Bolt en su casa (via I am Bolt)
Bolt había descubierto su talento, y después de comprobarlo rompiendo récords en diferentes competencias en el Caribe, el ex Primer Ministro de Jamaica hizo lo necesario para que Bolt pudiera entrenar con la Asociación de Atletismo Amateur de Jamaica. Esto implicaba una mudanza a la capital del país, Kingston, para entrenar en la University of Technology. Sus papás nunca se interpusieron entre él y sus sueños, por lo que las instalaciones de esa universidad se convirtieron en su segunda casa incluso hasta la última etapa de su carrera profesional, es decir, que siempre entrenó en Jamaica con coaches jamaiquinos. Son innumerables los casos de los grandes talentos que nunca florecen por no tener el apoyo necesario de sus familiares, quienes tal vez los dirigen hacia otras actividades o pasatiempos, o que no comparten la pasión con su hijo(a) y prefieren su propia comodidad.
A pesar de todo ese éxito, Bolt no se tomaba en serio los entrenamientos o las competencias. Hacía muchas bromas y travesuras durante momentos importantes, lo que le dificultaba conseguir los mejores resultados. Y claro, esto derivaba en una pesadilla para sus entrenadores y para su cuerpo, ya que al no entrenar bien y exigir un rendimiento desconocido para sus piernas, las lesiones eran algo común. Y más aún porque Bolt sufría de escoliosis, la cual le diagnosticaron a los 15 años como la causa principal de sus lesiones de corvas (parte trasera del muslo/rodilla). Fue hasta el 2005 que se hartó de tener que renunciar a medallas por lesiones y buscó al entrenador responsable de otros buenos competidores jamaiquinos, quienes parecían estar siempre en perfecta condición física.
Siempre hay un entrenador en específico que pasa por la vida de cualquier atleta de alto rendimiento y deja una huella especial. Si has entrenado a un nivel similar, probablemente ya tengas a un coach en mente. Glen Mills fue ese coach para Usain Bolt. Mills entrenaría a Usain con una perfecta combinación de disciplina y motivación. Sabía claramente que la manera de sacar lo mejor de Bolt era ceder a su humor para estar siempre en un ambiente relajado, y usarlo como impulso para que se esforzara al máximo sin pensar que era una obligación. En su momento, Wellesley Bolt le confesó a su hijo que no creía que fuera buena idea buscar a un coach tan estricto porque, a su parecer, Usain no tenía el compromiso y la obediencia para seguirle el paso. Sin embargo, desde el 2005 hasta el día de su retiro en 2017, Bolt aceptó a Mills como su complemento perfecto, ganando medallas de oro sin parar.
via I am Bolt